¿Tu peque no duerme bien? Tal vez no es él… ¡es el ambiente!
2025-05-01 14:50:47 UTC

Cómo crear un entorno ideal para el descanso infantil (y que toda la familia duerma mejor)
Muchas veces pensamos que si nuestro hijo no duerme bien, es porque tiene un sueño muy liviano, está pasando por una regresión o simplemente “es así”. Pero, ¿qué pasaría si el problema no está en él, sino en el lugar donde duerme?
Uno de los factores más importantes (y a veces más subestimados) es la temperatura del ambiente y la forma en que abrigamos a nuestros peques durante la noche. Y aquí es donde los sacos de dormir juegan un rol clave.
Un bebé o niño/a que está demasiado abrigado o, por el contrario, que pasa frío durante la noche, tendrá más despertares y le costará mucho más mantenerse dormido. El cuerpo necesita mantener una temperatura estable para entrar en fases profundas de sueño, y cuando esa estabilidad se pierde, el descanso se interrumpe.
A diferencia de las mantas o frazadas, que pueden moverse durante la noche, los sacos de dormir ofrecen un abrigo constante, seguro y cómodo. Además, evitan el riesgo de que los peques se destapen, algo muy común sobre todo cuando ya se mueven más en la cuna.
Para elegir el saco correcto, es importante fijarse en el índice TOG, que indica cuán abrigado es el saco:
• 0.5 TOG: ideal para noches cálidas o climas templados. Se usa sin ropa muy gruesa debajo, como un body liviano.
• 1.0 TOG: perfecto para temperaturas intermedias (20-24°C aprox.), combinando con un body de manga larga o pijama delgado.
• 2.5 TOG: recomendado para noches más frías o habitaciones con temperatura controlada (16-20°C), acompañado de un pijama abrigado.
• 3.5 TOG o más: solo se usa en ambientes muy fríos, y no es habitual en casas con calefacción.
Elegir el TOG correcto no solo mejora el confort, también reduce el riesgo de despertares por incomodidad térmica, evita el sobre abrigo (que puede ser riesgoso en menores de un año) y aporta tranquilidad a los cuidadores, ya que no hay necesidad de estar tapando y destapando durante la noche.
Otro beneficio de los sacos de dormir es que pueden formar parte de la rutina nocturna. Si cada noche, después del baño y la cena, colocas a tu peque en su saco, él o ella irá entendiendo que eso marca el inicio del descanso. Esa anticipación ayuda al cuerpo a prepararse para dormir, bajando la actividad y generando una sensación de seguridad y contención.
Si estás buscando mejorar las noches en casa, empieza por el ambiente… y muy especialmente por cómo abrigan a tu hijo o hija. A veces, algo tan simple como ajustar el TOG del saco de dormir puede ser el cambio que tu familia necesita para dormir mejor.
María de los Ángeles Collantes
Gentle Sleep Coach
@angelesadormir